Los niveles de triglicéridos normales deben ser igual o menor a 150 mg/dl
Controlar los niveles de triglicéridos ayuda a prevenir muchas enfermedades
Los triglicéridos son el principal tipo de grasa transportado por la sangre a todo el organismo. Bien para aportar energía o bien para ser almacenados en las células. Y así suplir las necesidades de energía entre las comidas. Controlar los niveles de triglicéridos es clave. Los triglicéridos altos no presentan síntomas y aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, derrame cerebral o pancreatitis.
Para conocer niveles de triglicéridos solo hace falta un análisis de sangre. Hay que tener presente que los niveles de triglicéridos varían con la edad y también de los alimentos ingeridos antes del examen. Para que salga lo más precisa posible, no hay que comer nada en las 12 horas previas al examen. El valor normal de los triglicéridos es igual o menor a 150 mg/dL. Y para los que sufren problemas del corazón los niveles de triglicéridos deben ser inferiores a los 100 mg./dl.
Aunque el cuerpo puede producir algunos, la mayoría de los triglicéridos provienen de los alimentos que se consumen. Para mantener los niveles de triglicéridos en unas cifras aceptables hay que seguir una alimentación equilibrada y saludable. Que sea baja en grasas saturada (evitar la mantequilla, la nata, las carnes grasas, los lácteos enteros y en algunos alimentos de origen vegetal como el aceite de coco y de palma, frecuentemente utilizado en la elaboración de repostería y bollería industrial) y rica en ácidos grasos monoinsaturados, como el aceite de oliva, y aquellos en los que predominen los ácidos grasos omega-3. En este último grupo destacan los pescados azules (sardina, caballa, atún, bonito, pez espada, salmón, arenque, boquerones, jurel, etcétera) y las nueces.
Dentro de esa alimentación equilibrada y saludable se deben incorporar al menos cinco raciones al día de frutas y verduras, ya que son una buena fuente de fibra y antioxidantes naturales. Las legumbres también son un buen recurso. Son pobres en grasas, aportan proteínas vegetales de mediano valor biológico, hidratos de carbono complejos y fibra soluble.
Por otro lado, la Fundación Española del Corazón recomienda evitar los azúcares simples (azúcar, miel, bebidas azucaradas y refrescos), la fructosa y, sobre todo, el alcohol. Todos ellos aumentan la síntesis hepática de triglicéridos. Además de la alimentación hay que optar por un estilo de vida saludable, que incluya ejercicio de manera regular al menos tres veces a la semana, perder peso en caso de obesidad o sobrepeso y dejar de fumar.
En muchas ocasiones se confunde colesterol y triglicéridos. Ambos son un tipo de lípidos. Aunque el colesterol es un lípido complejo y los triglicéridos son lípidos simples. Y son un componente esencial para nuestro organismo. Además, los síntomas del colesterol alto están muy relacionados con los triglicéridos y tener el colesterol IDL o el colesterol total alto causa similares problemas que unos niveles de triglicéridos altos.
Sin embargo hay algunas diferencias. Principalmente en su origen y en sus funciones. Los triglicéridos se obtienen a través de los alimentos, aunque también son sintetizados en menor proporción en el tejido hepático. Por su parte el colesterol es producido principalmente por el cuerpo, en el hígado.
Las funciones del colesterol son que da fluidez a las células y que es la molécula precursora para la síntesis de otras sustancias importantes como las sales biliares, hormonas sexuales, corticoesteroides y vitamina D. Los triglicéridos, por su parte, son la principal fuente de almacenamiento de energía en el organismo y brindan aislamiento térmico y físico y proporcionan cierta protección o aislamiento frente a traumatismos.
Eso sí tanto el colesterol IDL (o el colesterol total) como los triglicéridos en exceso son peligrosos. Por ello es importante controlar los niveles de ambos, sobre todo si perteneces a un grupo de riesgo.