La crema solar para niños tiene una formulación más suave y están libres de perfumes para evitar irritaciones
El buen tiempo nos anima a pasar más tiempo al aire libre con nuestros niños. Playas, piscinas, parques cualquier lugar es bueno para pasar un rato divertido con ellos. Para que esos buenos momentos no traigan problemas es fundamental que nuestros hijos vayan protegidos contra la radiación solar. Por eso es conveniente aplicarles una buena crema solar para niños antes de salir de casa.
¿Qué características debe tener una crema solar para niños? ¿Puedo utilizar la misma que para los adultos? La crema solar para niños tiene una formulación más suave que la de los adultos. Por eso no se puede utilizar con los niños el mismo fotoprotector que con los adultos.
Además están libres de perfumes y están diseñadas para la piel del niño, que es más sensible. Por ejemplo muchos protectores solares para niños tienen filtros minerales, como el óxido de zinc y dióxido de titanio, que ofrecen la máxima seguridad, no provocan irritación ni reacciones alérgicas y pueden usarse hasta en bebes. De hecho se recomienda que a los niños de menos de seis meses no les de el sol directamente, porque su piel todavía es muy sensible y así evitamos quemaduras. Y si no podemos evitarlo hay que ponerle crema solar para niños y protegerles con ropa y gorra.
Otra de las características de una buena crema solar para niños es que no contenga parabenos. Los parabenos son unos compuestos químicos muy utilizados en los cosméticos a modo de conservante. No todos son perjudiciales pero sí que hay algunos que pueden alterar el equilibrio hormonal del organismo.
A la hora de elegir una crema solar para niños elige el factor de protección más alto, el Factor 50. Cuanto más alto más tiempo protege. Aunque eso no significa que una vez puesto haya que olvidarse de volver a aplicarlo. Cada dos horas hay que volver a aplicarlo si se pasa mucho rato al sol o si ha estado mucho tiempo en el agua. También debe tener protección de amplio espectro, que bloquee las radiaciones UVB y UVA.
La crema solar para niños debe tener una protección alta y ser resistente al agua
Es fundamental que sean muy resistentes al agua, al sudor y a la fricción. Una crema solar para niños debe de estar pensada para durar más que las demás en el agua o por ejemplo que soporte la sudoración abundante al realizar actividad física.
Y si vas a pasar el día en la playa o en la piscina es conveniente optar por un producto que sea fácil de aplicar y extender. Todos sabemos que es complicado conseguir que los niños se estén quietos el tiempo suficiente para extender bien el fotoprotector. Lo único que quieren es estar disfrutando en el agua o en la arena. Por eso, aunque lo recomendable es aplicar la crema solar para niños sobre la piel seca, actualmente existen protectores solares que permiten hacerlo sobre la piel mojada sin perjudicar la protección.
A la hora de proteger a tus hijos del sol no te la juegues. Recuerda que la piel tiene memoria y los daños de la radiación solar son acumulativos. Por eso, hay que elegir una buena crema solar para niños que los proteja y aplicárselo las veces que haga falta. Insiste en las zonas más proclives a quemarse: hombros, rostro, orejas, parte posterior de las rodillas y empeines. Y sobre todo, no estés demasiado tiempo al sol con ellos e incúlcales la importancia de incorporar las normas de protección solar a su rutina diaria.